Los jabones artesanales de glicerina
Los jabones artesanales de glicerina pueden convertirse en regalos especiales si consideramos un diseño con colores y formas únicas.
A nivel de mercado existe una amplia variedad de moldes fabricados en silicón que resultan perfectos por su flexibilidad y facilidad para desmoldar. Los hay de flores, de orquídeas, de corazones, de bellas caras, animales y figuras, hojas vegetales de diversas formas entre otras figuras geométricas simétricas y asimétricas.
La forma será nuestra preferencia. El color y las fragancias dependerán de nuestra figura a modelar, si elegimos un molde de rosas lo apropiado es que su color y fragancia concuerde con la forma elegida.
Realizar un jabón hecho a mano con base de glicerina, en término general puede resultar muy fácil, bastará con disponer de la base blanca o transparente de glicerina, con dióxido de titanio si lo que deseamos es elaborar un jabón de tonos lechosos o de aspecto cremoso, vitamina E en gotero dispensador si deseamos darle un poco de valor agregado a nuestro producto, colores, fragancias y fijadores de fragancia como componentes básicos. Entre los implementos y equipos requeriremos de cuchillos, bandejas, recipientes metálicos apropiados para un Baño de María o en su defecto un práctico Horno microondas, los moldes de silicón y aceite vegetal o mineral para engrasar los moldes y facilitar el desmoldaje.
¿Para qué quiero obsequiar un jabón?
Muchos dirán : ¿Y para qué quiero regalar un jabón? ¿ No es más fácil adquirirlo en la tienda?
En efecto , sí, resulta más fácil, pero comprarlo , dejará de ser especial. Le privaras de ese toque mágico que solo proporciona al ser realizado por nosotros mismos, el esfuerzo y el valor de tu propósito, la emoción de hacer tangible una de tus obras sin necesidad de industrializarse, además de contar con beneficios de hidratación , salud y bienestar que solo podrá darte un jabón de glicerina.
¿Y Cómo lo elaboro?
Obtenido todo lo anterior, empezaremos con su preparación. Sencilla y práctica. Cortamos en cubitos pequeños la base de glicerina bien sea transparente o blanca y la colocamos en un tazón de vidrio para microondas o en una olla para el baño de María. En ambos casos el objetivo es el mismo: fundir la glicerina sin quem,ar o alterar su estructura y apariencia con un calor excesivo. Una vez fundida removemos con una paleta de plástico resistente. Y añadimos poco a poco la fragancia hasta adquirir el toque deseado. Esta propiedad organoléptica proporcionará grandes atributos a nuestro jabón. Generalmente la fragancia tiende a modificar el tono o color de la glicerina fundida por ello se vierte antes que el color . El color lo proporciona cierto tipo de anilinas vegetales hidrosolubles de grado cosmético incapaz de degradarse o decolorarse con el uso. No desearemos usar un jabón cuyo color se pierda al diluirlo en agua o que tiña nuestras manos o atuendos, ¿cierto? , por tal razón los colorantes artificiales deben ser aptos para este tipo de producto. Adicionamos entre 1 y 2 gramos de Dióxido de titano por cada 1 kg de base de glicerina, removemos y aún fundida la glicerina vertemos sobre los moldes engrasados.
Una vez vertidos rociamos con alcohol etílico, isopropilico o con alguna variante de los alcoholes de fécula de maíz, esto con la intención de eliminar las burbujas formadas por el aire.
Refrigeramos y transcurridos los diez minutos de reposo, desmoldamos y envolvemos en papel envoplast. Ahora podemos personalizar en cajas adecuadas y con la temática adecuada.